Todos tenemos sueños que se van desvaneciendo en la rutina diaria. El miedo a la frustración, el sentimiento de no merecimiento y la inseguridad son ingredientes que poco a poco van apagando la llama de la ilusión. Pero tenemos el poder de crear nuestra propia vida y manifestar esos sueños transformando nuestro mundo interior para ver los resultados en el exterior.
Nuestra conducta es el reflejo del estado de ánimo en que nos encontramos. Sabemos que cuando estamos angustiadas vamos por la vida a media pila y vemos todo gris en cambio sí nos dieron una buena noticia todo alrededor parece tener más brillo. Lo interesante es que podemos adueñarnos de nuestros estados creándolos.
El hombre no es la criatura de las circunstancias, sino que las circuntancias son las criaturas de los hombres
– Benjamin Disraeli –
Como creamos los estados? Según Tony Robbins existen dos maneras: cambiando las representaciones internas o cambiando la fisiología.
Para reelaborar las experiencias necesitamos ver la situación desde diferentes puntos de vista. Preguntarnos: De cuántas maneras puede verse ese mismo escenario? Las experiencias pasadas filtran constantemente nuestra capacidad para ver lo que realmente ocurre. Nunca vemos la realidad tal cual es. Podemos elegir el lente de posibilidades que nos capacite en vez que nos limite un único punto de vista sobre el tema. Una buena herramienta es ponerse en un rol de observador para escuchar esas voces internas negativas y responderles con palabras amorosas y contenedoras. Otro ejercicio es tomar una situación y pensar como en otro contexto esa misma experiencia es una ventaja.
Las fisiología se refiere a la postura, la respiración y la tensión corporal. Si estamos tristes o preocupadas solemos curvarnos con los hombros hacia adelante, tensar los músculos faciales y respirar entrecortado o desde el pecho. Si nos ponemos rectas, sonreímos y respiramos hacia la panza nuestra energía cambia velozmente.
En lo referente a todos los actos de iniciativa y creación, hay una verdad elemental. En el momento en que uno se compromete definitivamente la providencia también se mueve
– Goethe –
Conectemos!